Diferencias urbano-rurales

Demográfico:

• La mediana de edad de un residente rural es de 51 años; es 45 entre la población urbana.
• Más del 65% de los residentes rurales viven en el mismo estado en el que nacieron; la cifra para urbanos es 48%.

Social:

• El nivel educativo, medido por el porcentaje de la población mayor de 25 años con una licenciatura o más, es mucho mayor en las áreas urbanas: casi 29% a 18%.
• 29% de urbanos tienen título de licenciatura; solo 19.5% de rurales lo hacen.
• La población nunca casada es mayor en las ciudades que en las áreas rurales: 32% a 27%.
• La población nacida en el extranjero es tres veces mayor en las ciudades que en las áreas rurales: 13% a 4.3%.
• Más del 76% de los niños rurales viven en un hogar de pareja casada; es solo un poco más de 67% para urbanos.

Económico:

• Las ocupaciones en áreas rurales son mayores en campos como recursos naturales, construcción, mantenimiento, producción, transporte y movimiento de materiales, mientras que las ocupaciones urbanas son mayores en administración, negocios, ciencias y artes.
• Los residentes urbanos tienden a obtener mayores ingresos familiares.
• 81% de rurales son propietarios de su vivienda; solo el 64,6% de los urbanos lo hacen.
• El valor medio de la vivienda para los rurales es un poco más de $151,000; para los urbanos, es casi $191,000.
• Más hogares rurales reportan ingresos del Seguro Social (35.8%) que en áreas urbanas (28.9%).

Estas son algunas diferencias relacionadas con el empleo entre las poblaciones urbanas y rurales en los EE. UU.:

• A principios de siglo, aproximadamente uno de cada cinco condados rurales tenía una tasa de pobreza superior a 20%; hoy, aproximadamente uno de cada tres condados rurales tiene tasas de pobreza igualmente altas. Al mismo tiempo, la proporción de condados urbanos con pobreza generalizada ha aumentado de poco menos de 7% a un poco menos de 16%.
• Hace unos 15 años, 17% de estadounidenses que vivían en áreas rurales estaban empleados en el sector manufacturero. Hoy, solo el 10% de los trabajadores rurales están empleados en la industria manufacturera. Si observa los condados de los Estados Unidos que dependen de una sola industria, como la fabricación, la minería o la agricultura, son desproporcionadamente rurales.
• La falta de empleos en la América rural amenaza con crear una nueva generación de pobreza crónica. En 1980, 70% de los estadounidenses rurales que vivían en la pobreza estaban trabajando, aunque en trabajos de salarios bajos. Hoy, menos de la mitad de los pobres rurales están trabajando.
• La mayoría de los nuevos trabajos no se encuentran en áreas rurales, lo que explica por qué los residentes rurales creen que la recesión nunca terminó. Y los pocos trabajos nuevos que surgen en las áreas rurales están en el sector de servicios, por lo que los mineros del carbón de los Apalaches y los madereros del noroeste ahora están abasteciendo los estantes en el Walmart local.
• Aun así, la creación de puestos de trabajo en las ciudades más pequeñas y las áreas rurales se aceleró en 2017 y continuó creciendo a principios de 2018. El empleo rural creció a una tasa anualizada de 5,1% en el primer trimestre. Las áreas metropolitanas más pequeñas crecieron 5.0%. Eso es significativamente mayor que el crecimiento de 4.1% observado en las grandes áreas urbanas que se recuperaron antes de la Gran Recesión.
• Un sector que está prosperando en las zonas rurales es el comercio electrónico. Muchos lugares en Estados Unidos ahora dependen casi por completo de gigantes del comercio electrónico como Amazon, que ha creado la nueva "ciudad de fábrica". La posible desventaja de esto, por supuesto, podría ser que las decenas de trabajos de almacenamiento que respaldan a muchas ciudades rurales estadounidenses también se encuentran entre los más vulnerables a la automatización. A medida que las empresas minoristas y de comercio electrónico continúan invirtiendo en tecnologías para reemplazar a las personas en los almacenes, miles de trabajadores en algunas de las ciudades más pobres del país podrían quedarse sin trabajo.